Hace mucho mucho tiempo, existió una familia dedicada a la magia. Los padres y los abuelos de Popi, eran todos magos, y Popi también quería ser un gran mago.
Popi sabía ya convertir una rana en serpiente, con su varita mágica de madera. También podía detener el tiempo diciendo las palabras mágicas: “Rusqui trusqui, Rasca trasca“.
Un día Popi, estaba de camino al colegio y vio como unos gamberros intentaban pegar a un perrito que andaba por la calle. Entonces Popi, pronunció las palabras mágicas y detuvo el tiempo salvando al perro, llevándoselo de donde estaban los gamberros. Pero cuando puso de nuevo el tiempo en marcha con sus poderes, uno de los gamberros le vio llevarse al perrito en sus brazos dando la vuelta a la esquina, y consiguió alcanzarle, pero de repente desapareció de su vista, se había hecho invisible.
Popi se había concentrado tanto, que consiguió el mayor de los poderes de un mago, para él era toda una alegría, pues se había convertido en un gran mago.
FIN
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